martes, 16 de noviembre de 2021

Prototipos para el desastre


 

¿Serendipia, suerte, fatalidad o manipuleo de voluntades? ¿Qué sucede aquí?
 

 La noticia sobre el suicidio de Adal Cobain desata calladas crisis en sus amigos de la ya lejana universidad, en Sandy, Ernesto y David. Un funeral degradado es el pretexto para reiniciar la amistad en sus tranquilos itinerarios que empiezan a ser tironeados por fuerzas extrañas: «accidentes cotidianos», conflictos absurdos, escrituras catárticas en sus blogs. El arte y el simple devenir en entredicho. Los misteriosos mensajes que parece escribirles Adal desde el más allá, su muerte como una invisible intervención artística a la realidad. Y la presencia velada, apenas referencial, de un personaje que permanece en las sombras y va detallando informes sobre su encomienda de cierta agencia extranjera, sus planes desorbitados en una escritura analógica a que el lector también tendrá acceso.
 

 Novela polifónica, multifocal, que abraza las tradiciones novelísticas y sus rupturas, Internet incluida en la fábrica de esa vertiente que en algún momento Cortázar quiso llamar realismo fantástico... Todo está en la mirada, de acuerdo a nuestras expectativas, es lo que encontraremos y el lector tendrá a su alcance las herramientas para generar su propia exégesis a partir de la mirada cinematográfica que ofrecen estos pequeños capítulos para despertar su co-creatividad e iniciar ese juego de espejos con sus variables en este caleido-periscopio.
 

Prototipos para el desastre se propone como una novela de nostalgias y pérdidas; una novela de reconstrucciones, una forma de criticar el estado de la cultura y la sociedad en México. El grupo de amigos se plantea como de exiliados en su mismo país, enfrentados a una realidad divergente a esos modelos prefijados por reglas y protocolos; viven a base de sucedáneos, atascados, empantanados en una transvirtualidad.
 

El prestigioso escritor Luis Humberto Crosthwaite, escribió esta apreciación al respecto:
"El libro toca demasiadas aristas y cada una de ellas merece un detenido escrutinio. Lo que sucede a los personajes parece intrascendente frente a lo que ellos opinan en sus blogs.


Estos aparecen en el libro como una serie de mini ensayos en los que se reflexiona sobre una variedad de temas: sexo, soledad, cine, erotismo, obsesiones, filosofía, naturaleza humana... Que Porcayo logre presentar cada bloguero con su propia personalidad ya es un logro importante. Aquí no habrá reiteración, sólo en los temas que obsesionan a los amigos, básicamente la supervivencia, las relaciones humanas, la literatura. Los blogs son alimento de la trama, la extienden y multiplican, mientras que ésta crece a través de diálogos o silencios entre los personajes. Pero los blogs, además, también son un personaje comunal, un narrador omnisciente, un espacio donde todo se vale, desde el exhibicionismo hasta la catarsis.


Por encima de todo existe una figura ominosa, el “Agente”, que vigila y documenta para “La Agencia” los sucesos dentro del conjunto de personalidades que es la Internet, todo sujeto a reinterpretación y sobreanálisis. Conocemos al Agente a través de sus informes, al principio burocráticos, luego exacerbados, incluso iracundos. Es un soldado enloquecido por su misión, dispuesto a poner orden a cualquier precio.


A través de su novela, Porcayo realiza un estudio sociológico de una generación que se transforma y cobra vida sólo estando frente a una computadora, una generación híbrida entre la incomunicación y el decir demasiado, entre la banalidad y la seguridad de que cada uno de sus actos influye sobre los actos de muchos otros.


Todo esto es decir poco porque
Prototipos para el desastre es mucho más. Un libro que seguramente se reinventará con cada acercamiento, donde la relectura es un requerimiento puesto que no sólo es una novela sino un vasto conjunto de información. Las interpretaciones serán múltiples y obligatorias."

 Publicada en agosto de 2021 a través de Amazon KDP y conseguible a través de esa plataforma.

 

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