Cuando uno finaliza su primera novela, piensa que todo lo demás será simple. No es así, los editores no corren a pedirte el manuscrito y cuando vas a tocar puertas editoriales, te llevas enormes sorpresas. Atravesé varias vicisitudes para encontrar un editor interesado y yo estaba tan satisfecho con mi novela que en algún momento pensé en la auto edición y hasta mal dibujé esta portada que nunca fue. Ahora la pongo aquí, para ilustrar, acompañar a las cuartas que no fueron...
En agosto de 1993 salió a la luz
La primera calle de la soledad, mi opera prima novelística en el número 70 de la colección Fondo Editorial Tierra Adentro. Después de que mi novela fue aceptada, encargué tres diferentes cuartas de forros. Estas dos no fueron elegidas:
JOSÉ LUIS ZÁRATE HERRERA (1993)
Ciencia Ficción y novela policiaca dura, el futuro no es un buen lugar para vivir, aunque las maravillas de la civilización hayan creado colonias lunares, viajes interplanetarios, universos virtuales, inteligencias artificiales. La rapiña, la traición, los intereses de los poderosos aún manejan la vida de todo el mundo. Incluso de los marginales como el Hacker García-Martínez-Álvarez más conocido en los laberintos del bajo mundo informático como Zorro. Los tecnodelictivos se arrastran por los pasillos de la información, en busca de los datos que pueden dar el dominio de una sociedad ultra tecnificada. Los intereses que se mueven son demasiado peligrosos: una nueva religión, los fanáticos prisioneros de la Luna, los zares del espionaje corporativo, las empresas de sueños eléctricos.
La Primera Calle de la Soledad, la primera novela Cyberpunk mexicana.
JUAN HERNÁNDEZ LUNA (1993)
Yo lo he visto desaparecer en el inframundo de su habitación, rodearse de libros de comics, volverse un Zombie iluminado por la pantalla del computador y escribir de madrugada bebiendo cerveza.
Dicen las malas lenguas que Gerardo Horacio Porcayo es un holograma al que le gustan las rubias tanto como Philip José Farmer, que es fanático de los cigarrillos sin filtro, de las relaciones tormentosas, de la música de
The Cure y de organizar suicidios colectivos.
Lo cierto es que este holograma de cabello largo y dientes grandes —excelente compañero de parranda— escribe novelas cienciaficcioneras, mismas que son convertidas por su exoesqueleto en aventuras policiacas.
La Primera Calle de la Soledad es una forma de narrar el miedo, de compartir la crisis urbana y el desamparo de una generación cuyos héroes son importados.
La novela de ninguna manera intenta llenar un hueco en la producción cienciaficcionera en nuestro país, mismo que existe y es inmenso, sino que es el resultado de una fe terca y ciega en el género.
Su lectura no cambiará la concepción de vida de nadie, a cambio contará una aventura, que a fin de cuentas es de lo que se trata.
La Primera Calle de la Soledad habla del ascenso y caída de nuestros sueños, del tormento que significa vivir en otro cuerpo y de agonizar en un paisaje desconocido.
Gerardo Horacio Porcayo
martes, 23 de mayo de 2017
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